Miénteme,
léeme cuentos inventados,
de aventuras en nubes
de sueños robados.
Soy un vago. Me da tanta pereza formarme opiniones de los temas, que ya no se de nada. Donde antes hacía un riguroso estudio para formar opiniones fundamentadas, hoy me guío por la improvisación y la intuición.
No es un lamento, es un hecho. Mi mente pragmática lo asocia a la optimización del tiempo. Al fin y al cabo, no quiero que el día de mi muerte mi vida se resuma a un montón de opiniones.
Mi relativismo es el que me lleva a esa pereza. Para mi todo es opinión y no hay conocimiento objetivo. No se por qué, pero reafirmo la experiencia sobre el conocimiento. (Podría tratar de fundamentar esta opinión, pero toda esa dialéctica no iba a tener un valor objetivo, por lo que se cierra el círculo y me cago)
También me volví un intervencionista.
Al quitar el valor de toda esta labor reflexiva, mis opiniones varían de un día a otro. Los juicios carecen de valor, por lo que se pueden cambiar sin problemas.
Y un hedonista.
La voluntad se rindió al deseo. O quizá fue el deseo el que se rindió a la voluntad. Creo desear lo que quiero desear. En ese sentido soy bastante artificial. (Guardando un cierto margen a la estocasticidad, que no es sino la expresión de la voluntad subconsciente) Al final deseo y voluntad son una misma cosa.
En fin, no merece la pena pararse en este tema.
3 comentarios:
Dada la aleatoriedad de la foto, propongo que la cambies por una foto sobre tu estado actual del karma que como poco será infinitamente más informativa. Yo sí creo en la necesidad de formar opiniones aunque hayamos de dotarlas de cierta plasticidad. Nunca fue fácil andar sobre un puñado de granos inconexos y móviles.
¡No pienso poner una foto de un parásito intestinal!
Y no hay nada aleatorio, ¿cómo puedes pensar eso?
Es como tus comentarios, comentas cuando tienes post nuevo con una correlación de 0,8. :P
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