De repente un día te decepciona, y se acaba.
Y no tienes derecho a exigir ni a enfadarte.
De repente un día, todo es falso, y te desengañas.
De repente un día, lloras por una tontería y se acaba todo.
Quizá tenían razón, y la inocencia es un delito que se purga.
Que se purga caminando por esta ciudad de mierda, de madrugada. Impersonalísimo infierno de calles desmontadas.
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