viernes, junio 20, 2014

En favor del egoísmo

Ay de mi, infelice, cuando polluelo yo, individualista convencido me torné un comunista que prima el interés de la manada sobre el del individuo. Un casi cristiano, un socioconstructivista.
Ay de mi, cuando comunista yo, me desarman con una frase:

Es tu vida.

Apurar, cielos, prentendo, desde el Hakuna Matata no hay frase más anarcoindividualista que ésta. La propiedad afirmada explícitamente, y la liberación de responsabilidades implosionando en torno a tres palabras.

Por otro lado, naturalidad y orgullo. Ja vorem.

¡El miedo es de los valientes!

Me sorprendí grandísimo diplomático, pequeño aprendiz de Talleyrand. Lo llevé a mi terreno, dispuse la situación, dirigí la conversación. Con pseudonaturalidad salió el tema, hasta el fondo más espinoso; con arrojo y hombría rebatí sus argumentos.
Todo el miedo que había sentido media hora antes y toda la cobardía que me había atribuido habían desaparecido.
Tras la batalla, independientemente del resultado, está la satisfacción por no haber huído, por haber plantado cara.
¡El miedo es de los valientes!