martes, noviembre 20, 2012

Aprendí los colores para llamarte,
corazón.

Membrillos en el tiesto,
labios en el cuello,
recuerdos,
gemidos,

Dientes y mordidas,
risas y tacto.

Un ignorado Cash nos susurra melodías en la nuca.

Muerdo tus labios,
me los como,
me absorbe tu piel,
me evaporo sobre ti.
Desaparezco.
Solo queda un resto sólido,
sin apenas color, sabor acaso,
pegado a tu piel, mezclado con tu sudor.

y el final.

Me encantas.