lunes, diciembre 14, 2009

Remando al viento

Esto se acaba.
Mañana entro a las 9. Digo mañana porque todavía no me he acostado. A veces, como ahora, me gustaría ser un noble del siglo XIX, sin obligaciones y podrido de dinero, y que pudiera dedicarme a viajar y estudiar por el mero placer de hacerlo, sin obligaciones de por medio. Entonces recuerdo que por mera probabilidad, me tocaría ser un plebeyo desgraciado, y la mierda que sería ser tal.
Sin embargo sería bonito. Ser un Byron, un Livingston. Ir a Grecia a recuperarla para la cristiandad, por la mera frivolidad de sentirse un cruzado medieval. Descubrir Troya, desenterrar pirámides, explorar continentes ignotos. Escribir y maldecir, filosofar y sentirse desdichado. Llamarse Ernesto, o Frankenstein y comprar castillos.

En fin, creo que la arquitectura victoriana que veo a mi alrededor me está afectando.

miércoles, diciembre 09, 2009

Usar y tirar

Lo reconozco. Aunque no defiendo nuestra cultura subvencionada y mediocre, que nadie está dispuesto a pagar (léase comprar un disco, ir al cine a ver una peli que no sea la yankilada de turno con efectos especiales) -aunque eso está empezando a cambiar, y se empieza a hacer en España cine más comercial, (léase Amenábar, del Toro...)-, yo me confieso un amante de las pelis ñoñas de los 80 y 90, esas que a todo el mundo aburren, que siempre tratan de lo mismo, y que ahora parece que solo se hacen en Argentina o Francia (o a mi me lo parece). Los fracasos comerciales que solo reponen en la 2. Las películas catalanas dobladas al castellano de forma más cutre de lo habitual, hasta eso me resulta entrañable.
En ese aspecto se que soy minoría, pero me estoy dando cuenta ahora, que intento leer libros en inglés, ver pelis en inglés, y escuchar música en inglés. Y me es imposible. Las pelis que me gustan están en francés, castellano, o cualquier idioma nórdico. Siempre vuelvo a mi disco cubano. Lo pendiente es la literatura, hace meses que no termino un libro.

lunes, diciembre 07, 2009